Del 14 de noviembre al 16 de febrero de 2009

CaixaForum Madrid expone un conjunto de ochenta y dos obras de cuarenta y ocho artistas chinos de los últimos treinta años. Las obras se presentan agrupadas en en tres periodos: el arte Yi desde la Revolución Cultural (1966-1976) hasta la década de los ochenta, que se caracteriza por un humanismo idealizado opuesto a las consignas revolucionarias (Yi xiang, «imagen mental»); el arte que en un momento de expansión urbana y cosmopolita recupera espacios de privacidad e incorpora símbolos y grafías orientales (Yi li, «principio mental»); y el maximalismo (Yi chang, «entorno mental»), surgido a finales de la década de los años noventa, que dedica una atención preferente al proceso y al contexto de la obra.

Tras su presentación en Barcelona, la Obra Social ”la Caixa” ha querido acercar a CaixaForum Madrid la primera gran exposición de la Escuela Yi fuera de China, organizada con la colaboración del Beijing Municipal Bureau of Culture y el Beijing Culture & Art Foundation. Ignasi Miró, director del Área de Cultura de la Fundación La Caixa y el comisario Gao Minglu han presentado la exposición. La Obra Social “la Caixa” ha dedicado diversas exposiciones a la cultura china. Una de las más recientes, «Confucio y el nacimiento del humanismo en China», presentaba el pensamiento y la obra de Confucio, y su reflejo en el arte a lo largo de más de mil años. Hace pocos meses, coincidiendo con la apertura en Beijing de una oficina de representación de “la Caixa”, se inauguró en el Beijing Art Museum of Imperial City una exposición de la Colección de Arte Contemporáneo Fundación ”la Caixa”, con una selección de quince obras de artistas internacionales. La Escuela Yi: treinta años de arte abstracto chino representa su contrapunto. Pretende acercar al público de nuestro país una escuela artística que ha tenido un peso decisivo en la plástica china desde los años setenta hasta la actualidad y dar a conocer la obra de algunos de los principales creadores chinos de hoy.

El extraordinario desarrollo que ha experimentado en los últimos años la República Popular China y la apertura de nuevas vías de comunicación e intercambio comercial con Occidente han disparado en todo el mundo el interés por la cultura china. Una serie de grandes exposiciones internacionales, festivales de música y de cine, espectáculos de danza y de teatro, libros y publicaciones literarias han servido para dar a conocer las creaciones contemporáneas de este país.

Más allá de los tesoros de su tradición milenaria, China aparece como el escenario de un cambio de sensibilidad que afecta a nuestra relación con el entorno y la tradición, el tiempo y las costumbres. A causa de un aislamiento secular, los artistas chinos han desarrollado un mundo de imágenes propio, sin conexiones con el que se producía en Europa y en los Estados Unidos.

El caso de la Escuela Yi es muy significativo. Aunque nació al margen del arte abstracto y del arte conceptual que han dominado la escena occidental de las últimas décadas, mantiene con ellos puntos de contacto. Se trata de un arte vivido como una experiencia de recogimiento y de meditación que indaga en la contemplación, la unidad y la armonía.

Las 82 obras se han organizado en tres periodos: el arte Yi desde la Revolución Cultural (1966-1976) hasta la década de los ochenta, que se caracteriza por un humanismo idealizado opuesto a las consignas revolucionarias (Yi xiang, «imagen mental»); el arte que en un momento de expansión urbana y cosmopolita recupera espacios de privacidad e incorpora símbolos y grafías orientales (Yi li, «principio mental»); y el maximalismo (Yi chang, «entorno mental»), surgido a finales de la década de los años noventa, que dedica una atención preferente al proceso y al contexto de la obra.

La Escuela Yi se define como una tendencia artística en China basada, durante las tres últimas décadas, en la esencia estética del Yi y se diferencia tanto de la literatura y el arte conceptual contemporáneos como del arte abstracto oriental. En la estética china, Yi no significa sólo un pensamiento subjetivo, aunque es fruto de nuestra mente. No equivale exactamente a los términos concepto, idea o significado sino que representa un estado de contemplación y meditación de los creadores, la forma en que los artistas o los poetas piensan en su entorno o lo observan. En este sentido, la Escuela Yi es el estilo artístico más adecuado para expresar la meditación.

Si pensamos que el Yi está relacionado no sólo con el pensamiento de los artistas sino también con el entorno real y los objetivos de la meditación, la Escuela Yi no puede definirse utilizando ningún concepto occidental moderno como el de arte realista, arte conceptual o arte abstracto, pese a que podría asemejarse a todas estas tendencias, especialmente al arte abstracto. En realidad, la Escuela Yi reúne casi todas las características de estas tres tendencias sin limitarse a ninguna de ellas en especial. Esto responde a una norma que siempre ha imperado en la estética tradicional china para evitar que el arte se desviara excesivamente hacia los extremos. En términos de expresión del Yi, los artistas se han centrado en diferentes aspectos del Yi durante las distintas épocas.

A finales de la década de 1970, durante la Revolución Cultural, una serie de artistas no oficiales buscaron la libertad individual oponiéndose al arte propagandista de Mao. En este contexto, la Escuela Yi se centró en la búsqueda de la expresión individual y del «arte puro» contra el arte político «conceptualizado». La Escuela Yi se manifestó en la forma estética del Yi xiang o «imagen mental». Los artistas buscaban la unidad y la armonía entre los conceptos y los objetos de la naturaleza, durante el proceso de pensar y observar el mundo exterior.

Los representantes de la Escuela Yi de finales de la década de 1980 dedicaron más atención a expresar sus ideas sobre la manera de reformar la realidad y la modernidad cultural mediante signos culturales y, en este periodo, la Escuela Yi defendió conceptos simbólicos, la esencia y el principio de una cultura y una sociedad ideales. Así, la categoría de la Escuela Yi durante esta época recibe el nombre de Yi li o «principio mental»). A partir de los noventa, década en que el individuo se ve desbordado por el rápido desarrollo urbano, la meditación personal se convierte en una vía para los artistas de la Escuela Yi que les permite aislarse de la sociedad. En este periodo, la Escuela Yi se centra en la experiencia personal de pensar en los materiales y el entorno durante el proceso de creación de unas obras de arte que implican esfuerzo, una repetición intensa y diaria. Así, la Escuela Yi de aquella época representa el Yi Chiang o «entorno mental». Crear obras de arte equivale a meditar en un espacio privado.

Primer ámbito: Yi xiang, imagen mental Yi xiang o «imagen mental» es la idealización de paisajes y objetos de la naturaleza, y ésta es una de las categorías de la Escuela Yi. Durante la primera mitad del siglo XX, Liu Haisu, Lin Fengmian y Zhao Wuji, entre otros, se propusieron analizar el arte chino moderno partiendo del método Yi xiang, que se convirtió en un importante motivo de preocupación estética de la primera «contemporaneidad» china. Gracias al método Yi xiang, los artistas chinos empezaron a profundizar de nuevo en el arte moderno, desde finales de la Revolución Cultural (1966-1976) hasta la década de 1980.

Entre los artistas que centraron su interés en el paisaje y los objetos, Shang Yang, Zhao Wenliang, Ding Fang, Chao Ge, Qiu Shihua y Wu Jian han producido durante años pinturas de paisaje, aunque el paisaje que muestran en sus obras, más allá de un escenario natural, es un vehículo para expresar los sentimientos y las emociones de los artistas. En este sentido, el paisaje que contemplamos en sus obras no es sólo eso; en su pintura de paisajes basada en el Yi xiang, una escena realista puede convertirse en símbolo abstracto y viceversa.

Las experiencias subjetivas individuales y el conocimiento de paisajes exteriores son interpretados como paisajes arqueológicos por Shang Yang, paisajes impresionistas por Zhao Wenliang, paisajes tradicionales por Ding Fang, paisajes sublimes por Chao Ge, paisajes de meditación por Qiu Shihua y paisajes de ruinas por Wu Jian. La escena se caracteriza con sentimientos personales, alejándose sin embargo del símbolo puramente abstracto. Durante los muchos años que han dedicado a estudiar la forma de representar algunos «objetos», Su Xiaobai, Qin Yufen y Liu Xuguang se han esforzado no sólo en transmitir la impresión de belleza de los objetos sino también en dotarlos de un humanismo y un gusto estético orientales. Es más, He Yunchang y He Chengyao ven sus propios cuerpos como portadores de los sentidos individuales.

A diferencia de los artistas mencionados, Bing Yi refuerza el sentido narrativo con historias que sólo son fruto de su imaginación. Se trata de relatos ideales, alejados de los argumentos de ficción. Entre los artistas que empezaron a producir arte «abstracto» después de la Revolución Cultural, encontramos a Zhou Maiyou, Zhu Jinshi, Wang Luyan, Ma Kelu, Zhang Wei, Tang Pinggang y Zhao Gang. Todos ellos expresaban sus aspiraciones de libertad individual utilizando una pincelada libre a mano alzada, de tradición china. Las imágenes de sus pinturas son imágenes mentales. La mayoría de las obras de este ámbito fueron producidas a finales de la década de 1970 y durante la primera mitad de la de 1980.

Segundo ámbito: Yi li, principio mental El principal interés de los artistas de este ámbito se centra en representar experiencias de aprendizaje acerca del universo, la cultura e incluso la vida individual utilizando símbolos orientales. Muchas de sus obras son representativas de las «pinturas racionalistas» de la década de 1980. Aunque estos símbolos parecen figuras geométricas abstractas occidentales, con abundancia de círculos y cuadrados, se diferencian de éstas por tres características principales. En primer lugar, estos círculos y estos cuadrados no parten de la geometría occidental sino de la filosofía espacial oriental. Así, se trata de figuras dinámicas que transmiten sensación de profundidad y expansión hacia el infinito. En segundo lugar, al igual que los objetos naturales vivos, estos símbolos parecen haber sido colocados armoniosamente en «montes y ríos», con un énfasis en las confluencias, las extensiones y la infinitud. Finalmente, estos símbolos se basan en efectos pictóricos orientales, independientemente de los materiales utilizados, por lo que están dotados tanto de vida espiritual como material o, en otras palabras, son «símbolos personalizados». Este rasgo se puede observar en las obras de Yu Youhan, Li Shan, Ren Jian, Zhang Jianjun, Yan Binghui, Yang Zhilin, Huang Yali, Wang Chuan, Meng Luding, Tan Ping, Man Fung-yi y Lei Hong, entre otros. Por otro lado, artistas como Xu Bing, Gu Wenda, Qiu Zhenzhong, Wang Tiande, Zhang Hao, Luo Mingjun y Wang Nanming se proponen transmitir sus experiencias sobre el arte, la sociedad y el individuo contemporáneos utilizando símbolos de la escritura tradicional china.

Tercer ámbito: Yi chang, entorno mental Estos artistas son representativos de una nueva categoría de la Escuela Yi, el «maximalismo», surgido a finales de la década de 1990. Aunque el maximalismo presenta exteriormente el aspecto del minimalismo occidental, sus propósitos conceptuales son distintos. No se interesa tanto por el significado que pueden expresar las obras sino que, por el contrario, dedica más atención al proceso de producción de las obras de arte como experiencias de contextualización. Cada artista utiliza alguna forma concreta y la va repitiendo, como una rutina cotidiana. Así, Li Huasheng dibuja líneas de tinta sobre papel de arroz; Ding Yi introduce el símbolo † reiteradamente en sus telas; Zhang Yu estampa sus huellas dactilares sobre papel de arroz; Liang Quan pega papeles empapados de tinta sobre planchas de madera; Zhu Xiaohe interpreta una antigua pieza de arte utilizando líneas cortas repetidas, a la manera de «palabras», lo que da lugar a una pintura totalmente diferente.

Liu Xuguang, Zhou Yangming, Zhang Fan y Xu Hongming repiten algunas marcas sencillas en sus pinturas. Sin embargo, en lugar de formas planas, les preocupa especialmente conseguir la «profundidad» invisible que es fruto de «meditar en la contextualización». En este sentido, los cuadrados y las franjas que aparecen en estas pinturas se consideran el contexto o la representación de un «entorno mental» que actúa como un diálogo entre los artistas y los materiales o entre aquéllos y el ambiente en que viven. Se trata de experiencia y comprensión al mismo tiempo.

La filosofía basada en expresar experiencias y pensamientos cotidianos de forma sencilla está arraigada en la estética tradicional china. El propio maximalismo es una forma de resistencia contra muchos años de ideología artística china y de normas establecidas desde la perspectiva del mercado internacional y de las instituciones artísticas. Podemos afirmar que el maximalismo de finales de los noventa fue un «espejo» de la meditación individual silenciosa, inmersa en las circunstancias del estallido de la globalización en China.

Datos de interés:

La Escula Yi: treinta años de arte abstracto chino

CaixaForum Madrid (Pº del Prado, 36. Madrid)

Del 14 de noviembre de 2008 al 16 de febrero de 2009

Comisariada por Gao Minglu

Artículo anteriorJordi Bonells y María José Rivera, Ganador y Finalista del X Premio Unicaja de Novela «Fernando Quiñones»
Artículo siguienteFeriarte, el gran encuentro con el arte y las antigüedades de España

1 COMENTARIO

Los comentarios están cerrados.