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Retratos con conversación. Instalación del pintor Félix de la Concha

Museo de Arte Contemporáneo

Del 3 de abril al 25 de mayo

El proyecto del pintor Félix de la Concha, reúne una serie de cincuenta retratos de distintas personalidades del mundo de la cultura –artistas, críticos de arte, profesores, galeristas, escritores, poetas, editores…- que el artista pintó en una sesión única de dos horas en la primavera del 2005 en su estudio de Madrid.

Conversaciones pictóricas
El proyecto consistía en acompañar a cada retrato -ejecutado alla prima, en una única sesión- de una conversación grabada durante el tiempo que duraba la sesión y en la que modelo y artista charlaban de forma desenfadada sobre la pintura. Dicha conversación era grabada e incorporada posteriormente al retrato como un complemento a la experiencia del momento y al tiempo preciso de ejecución.

El proyecto tecnológico que acompaña a los retratos de Félix de la Concha ha sido patrocinado íntegramente por Telefónica y su desarrollado ha sido realizado por Telefónica Soluciones. Sobre ese fondo de ciudad retratada –tema muy presente en la pintura de Félix de la Concha– se asienta esta muestra. Pero ya no es la ciudad física, su paisaje o escenarios tan caros a este pintor, sino un grupo de personalidades, pertenecientes al mundo de la cultura, que tienen su asiento aquí, en Madrid, referentes todos ellos del dinamismo y la creatividad de nuestra ciudad: los artistas Luis Gordillo, Carlos Franco o Santiago Serrano, los críticos e historiadores de arte Francisco Calvo Serraller o Ángel Llorente, el galerista Leandro Navarro, los escritores y poetas Juan Cruz, Luis Antonio de Villena, Manuel Hidalgo o Félix Grande o los sociólogos y profesores Fernando Uría y Julia Varela, entre otros muchos.

En sí mismo, este conjunto iconográfico –que reúne en un mismo espacio cincuenta retratos– tiene, sin duda, un valor enorme que merece ser mostrado en el contexto del Museo de Arte Contemporáneo, que dedica una parte importante de su actividad a la investigación y divulgación de cuantos aspectos forman la compleja realidad moderna de una ciudad como Madrid.

Como género pictórico, el retrato abarca prácticamente casi toda la historia del arte. Es un género complejo y fascinante, de larga duración, con sus propias leyes internas y códigos formales que ha atraído siempre a los artistas por muy distintos motivos y ha sido objeto de estudio por parte de los historiadores. Son numerosas las exposiciones dedicadas a esta tipología artística. Como apunta De la Concha: “el retrato es en sí un género muy exigente”, para él más comprometido que pintar vistas urbanas o edificios, que le causa inquietud cuando se enfrenta –habla de pánico escénico– a una sesión de retrato, amén de todo lo que le supone enseñar al retratado el resultado final: su retrato, su imagen fijada ya para siempre y la opinión que éste pueda tener del resultado.

Esta exposición presenta el modo de hacer de un artista que capta la peculiaridad de la persona retratada a través de su rostro y manifiesta el interés de Félix de la Concha por el mundo que le rodea, por la vida de los otros, sus preocupaciones e inquietudes. Y lo hace de un modo tal que sus cuadros trascienden la representación para transmitirnos sensaciones contradictorias.

El realismo de Félix de la Concha es complejo, va más allá de la mera transliteración del objeto representado, podemos enmarcarlo y contextualizarlo dentro de la complejidad de las poéticas modernas y contemporáneas que se inician con el impresionismo, muestran un grado sumamente complejo con el cubismo analítico y desarrollan con el arte conceptual un carácter procesual que acaba por impregnar a casi todo el arte actual. A esa visión compleja se deben añadir los factores de tiempo y espacio que son elementos intrínsecos de la pintura de Félix de la Concha, una pintura que representa –como señala Pedro A. Cruz Sánchez– “un instante de autoconciencia que se inserta en un proceso de deconstrucción de los referentes, que privilegia un determinado punto de vista” y sustituye a la realidad –siempre inalcanzable representativamente hablando– por la mirada.

Son varios los precedentes de este proyecto-colección de retratos. En primer lugar, la cadena de retratos que de la Concha realizó en 1999, en la que cada una de las personas retratadas proponía otra que posaba para el pintor, de modo que la serie se iba formando a partir de unos lazos cada vez más alejados entre los primeros retratados y los últimos. En segundo lugar, la serie de cuarenta retratos hechos en el año 2000, en los que cada persona retratada debía llevar consigo un objeto, que Félix de la Concha posteriormente también pintaba.

Y por último, el retrato que realizó conversando con el director de cine Robert Young en el año 2005. El Museo de Arte Contemporáneo presenta una instalación de retratos con conversación que no son únicamente la imagen plástica de los rostros de las personas retratadas. Son también la imagen del carácter de todos ellos, además de una suma de importantes registros pictóricos en los que queda de manifiesto la relación entre el pintor y el-la modelo.

Félix de la Concha (León, 1960) es una artista para quien la pintura es una necesidad vital. Pinta alla prima, es decir sin dibujo previo, al aire libre o en interiores. Se trata de un pintor tenaz e incansable con una visión muy personal con la que interpreta los distintos elementos pictóricos.

Tras una etapa de formación y aprendizaje en España como grabador y pintor, asimila, especialmente, el naturalismo de los pintores realistas norteamericanos de las dos últimas décadas. Madrileño de adopción, se integra en la corriente del realismo pictórico contemporáneo con una base conceptual muy acentuada e incorpora nuevos modos de hacer relacionados con el gusto por la mancha y una pintura suelta y más colorista que la de sus predecesores.

Los tres géneros más habituales en la obra de este artista son los paisajes, interiores y retratos. Los dos primeros son los más conocidos y le han supuesto el elogio de la crítica tanto en nuestro país, donde todavía continua siendo un pintor poco conocido para el público en general, como, fundamentalmente en los Estados Unidos, país en el que vive actualmente.

El protagonista de su pintura es la luz, una luz que domina y recorre toda la superficie del cuadro -este dominio de la luz quedó reflejado en sus primeras exposiciones en los años ochenta, tras recibir el primero de sus premios, el del Círculo de Bellas Artes de Madrid en 1985-. Siente una intensa predilección por las vistas panorámicas urbanas, paisajes y pueblos castellanos y leoneses, su tierra natal, que transmiten soledad y reposo.

Asimismo, el tiempo es otra de los factores esenciales en su pintura y lo incorpora en forma de series; de ahí que, su visión realista esté conformada por un profundo conceptualismo como queda patente también en esta serie de retratos. Félix de la Concha comenzó a pintar series no por una intención premeditada, sino como resultado de enfrentarse varias veces a un mismo motivo en momentos diferentes del año. Mediante las series hace un peculiar diario pictórico del lugar en el que se instala para trabajar y que es tanto testimonio de un tiempo y un lugar pasados como de la empatía establecida por el creador con la realidad ajena, de la que nos hace partícipes al contemplar sus pinturas. Así se puede entender la forma en que prefiere exponer las series, unidos.

Esta exposición, Retratos con conversación. Instalación del pintor Félix de la Concha supone una excelente ocasión para apreciar la riqueza y calidad de la pintura de este artista en una modalidad como el retrato, género que ha expuesto en muy pocas ocasiones y que desde sus comienzos como pintor profesional e incluso durante su etapa de formación académica en la Escuela de Bellas Artes de Madrid, ha desarrollado, especialmente en la versión del autorretrato.

Con motivo de la exposición -que permanecerá en la sala del Espacio Dos del Museo de Arte Contemporáneo hasta el próximo 25 de mayo- se ha editado un catálogo que incluye un texto del crítico e historiador del arte Ángel Llorente que acerca a la obra del artista y otro del propio Félix de la Concha en el que relata los pormenores del retrato y la conversación con Francisco Calvo Serraller, además de la reproducción de los cincuenta retratos que a continuación se detallan: Luis Gordillo, Juan Cruz, Javier Arnaldo,Alfredo Alcaín, Santiago Serrano, Francisco Calvo Serraller, Rufo Criado, María Escribano, Roberto Bayón, Leandro Navarro, Luis Antonio de Villena, Ricardo Requejo, Jesús García Sánchez, Narcís Serra, Medardo Fraile, Martín López Vega, Manuel Hidalgo, Ignacio Gómez de Liaño, Francisca Aguirre, Luis Mateo Díez, Luis Alberto de Cuenca, Álvaro del Amo, Jesús Moreno, Marina Mayoral, Javier Navarro de Zubillaga, Félix Grande, Ángel García Calero, Manuel Borrás, Iñigo Navarro, Julia Varela, Fernando Álvarez-Uría, Carlos Berzosa, Felipe Vega, Fabián Panisello, Darío Jaramillo, Conrado Sanmartín, Ángel Llorente, Carlos Franco, Fernando Huici, Juan Riancho, Benjamín Prado, Arturo Pardos, Armando Montesinos, Almudena Grandes, Alfonso Albacete, Alberto Campo Baeza, Adolfo García Ortega y María Luisa Bulnes.

Datos de interés:
Retratos con conversación. Instalación del pintor Félix de la Concha
Fecha: Del 3 de abril al 25 de mayo de 2008
Dónde: Centro Cultural Conde Duque – Sala Espacio Dos. Museo de Arte Contemporáneo
Espacio Dos del Museo de Arte Contemporáneo
Dirección: Conde Duque 11, Madrid