Unicaja paga de esta forma tres millones de euros en impuestos

La ministra de Cultura, Carmen Calvo, ha depositado (27-2-07) en el Museo Picasso de Málaga las obras Retrato de Paulo con cuello blanco y Retrato de Olga, realizadas por el pintor malagueño a principios de los años 20 y adquiridas por el Estado por un total de tres millones de euros.

La adquisición de estos retratos fue realizada a través del Ministerio de Economía y Hacienda en una operación de dación en pago de impuestos de Unicaja. En la misma operación, se adquirió Mujer con gorro y con cuello de piel, depositado por el Ministerio de Cultura en el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC), aunque en este caso la dación fue por parte de la empresa Abertis Infraestructuras.

Retratos familiares
Uno de los retratos es de Olga Koklova, bailarina de ballet, a quien conoció en Roma, ciudad a la que había acudido con motivo de los preparativos para el estreno del ballet Parede, y con la que se casó en 1918. La felicidad del artista alcanzó su culminación en 1921 con el nacimiento de su hijo Paulo, el protagonista del otro retrato. Picasso plasmó esta felicidad en la pintura, a través de una serie de obras llenas de encanto y serenidad a las que pertenecen los cuadros hoy depositados en Málaga.

Retrato de Paulo con cuello blanco es un óleo sobre tela de 34,5 x 30 cm. Fue pintado en 1922, cuando su hijo tenía un año, y es anterior a Retrato de Paulo con gorro blanco, que se encuentra en el Museo de Málaga, y a Paulo sobre un asno, ambas realizadas a partir de una fotografía cuando el niño ya tenía dos años.

En esta obra, Picasso prescinde prácticamente del dibujo y modela el rostro con el color mientras que las tonalidades rosadas del rostro y las moradas del vestido y del fondo armonizan perfectamente.

Retrato de Olga es un óleo sobre tela, con unas dimensiones de 32 x 24 cm. El rostro de Olga en este retrato es de mirada intensa y penetrante, con una expresión algo melancólica. Picasso combina línea y color para conseguir armonía y a la vez tensión visual.

Según informe del Catedrático de Historia del Arte Contemporáneo de la Universidad Complutense de Madrid, Valeriano Bozal, se trata de una de esas piezas familiares de pequeño tamaño que tanto gustaron al artista.

Más que un retrato privado, Bozal lo califica de retrato íntimo, que al mirarlo suscita cierta sensación de estar descubriendo un aspecto de la relación entre ambos, Picasso y Olga, que está más allá de la eventual curiosidad. Este es un aspecto que hace del Retrato de Olga una obra especialmente llamativa.

Gracias a estas nuevas adquisiciones, en el Museo Picasso de Málaga se podrá observar desde ahora la evolución de Picasso en tan corto plazo de tiempo.

Otro interés añadido reside en el hecho de que las colecciones españolas carecen por lo general de obras de este periodo del artista malagueño.
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